En la tercera temporada de Californication nos siguen vendiendo la misma moto que al principio, no es peor que antes, es que con más temporadas te das cuenta más rápido. Y es que esto de comedia sexual a mí me parece una etiqueta algo absurda pero a los productores de la serie parece que les mole. Siempre me he considerado defensora del sexo, las palabrotas y las drogas en la pantalla, pero si está justificado. El personaje de Kathleen Turner dice tantas palabrotas y tanta jerga sexual que la mayoría de veces no sé ni que quiere decir.
Pero, vamos, que no deja de ser otro detalle forzado que tiene la serie, si ya en la anterior temporada comentaba que Marcy era el personaje que más me gustaba, ahora se ha convertido en el único que me gusta, y ni siquiera me gusta mucho. A este personaje lo han rodeado de trampas, que si se enrolla con su ídolo de adolescente, que si quiere volver con su marido pero al final le hace firmar los papeles del divorcio, pero nadie nos explica el por qué hace lo que hace.
Mia solo aparece al final de la serie, puede que porque la actriz estaba liada con Heroes o porque se dieron cuenta que después de la primera temporada Mia no pintaba nada, pero la niña solo aparece para provocar el final de la tercera temporada. Un final que yo no he acabado de entender, pero puede que tenga que ver con el que no soy americana y no veo tanta historia en un adulto que se acuesta con alguien de 17 años, menos si no lo sabe y menos si ésta le ha provocado a él.
Y es que Hank sigue en la misma línea de las pasadas temporadas, cumpliendo a la perfección con los modelos de padre enrollado, amigo de sus amigos (sobredosis de "te quieros" a Runkle en esta temporada), profesor guay y pareja liberal, pero que causalmente siempre está en el momento y el sitio exacto para liarla y que parezca que él es el malo de la historia. Y su sex appeil exagerado, por supuesto, mujer que se encuentra con Moody, mujer que se quita la blusa. Puede que la relación de Moody con sus amantes de esta temporada haya sido lo peor, o puede que el humor cambiante de Becca convertida en una adolescente medio emo insoportable al inicio de temporada y que vuelve a la normalidad al final, sin motivo aparente, como casi todo lo que pasa en esta serie.
Pero, vamos, que no deja de ser otro detalle forzado que tiene la serie, si ya en la anterior temporada comentaba que Marcy era el personaje que más me gustaba, ahora se ha convertido en el único que me gusta, y ni siquiera me gusta mucho. A este personaje lo han rodeado de trampas, que si se enrolla con su ídolo de adolescente, que si quiere volver con su marido pero al final le hace firmar los papeles del divorcio, pero nadie nos explica el por qué hace lo que hace.
Mia solo aparece al final de la serie, puede que porque la actriz estaba liada con Heroes o porque se dieron cuenta que después de la primera temporada Mia no pintaba nada, pero la niña solo aparece para provocar el final de la tercera temporada. Un final que yo no he acabado de entender, pero puede que tenga que ver con el que no soy americana y no veo tanta historia en un adulto que se acuesta con alguien de 17 años, menos si no lo sabe y menos si ésta le ha provocado a él.Y es que Hank sigue en la misma línea de las pasadas temporadas, cumpliendo a la perfección con los modelos de padre enrollado, amigo de sus amigos (sobredosis de "te quieros" a Runkle en esta temporada), profesor guay y pareja liberal, pero que causalmente siempre está en el momento y el sitio exacto para liarla y que parezca que él es el malo de la historia. Y su sex appeil exagerado, por supuesto, mujer que se encuentra con Moody, mujer que se quita la blusa. Puede que la relación de Moody con sus amantes de esta temporada haya sido lo peor, o puede que el humor cambiante de Becca convertida en una adolescente medio emo insoportable al inicio de temporada y que vuelve a la normalidad al final, sin motivo aparente, como casi todo lo que pasa en esta serie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario