
McNulty no tarda mucho en volver a las andadas, ni un episodio de cuartelillo le dan, en el primero, ya está obsesionándose con el trabajo de nuevo y olvidándose de la vida limpia y pura que tanto le había costado encontrar en la cuarta temporada. Yo lo he visto un poco forzado el cambio, pero supongo que tenía que ser así. Un McNulty que siga las normas no es a lo que estamos acostumbrados, así que puestos a liarla, en esta temporada la lía más parda que nunca. Tanto, que al descubrirse que se ha inventado un asesino en serie para conseguir fondos y pillar a Marlo, le echan a la calle, haciéndole lo que seguramente será el favor de su vida.
Y, cómo acaba la serie? Pues un poco como la vida misma, no? Algunos acaban bien, pero muchos acaban mal, no iba a ser Carcetti el salvador de la ciudad, al final acaba inmerso en el mundo de la manipulación de las estadísticas y, haciendo honor a los finales de las primeras temporadas, no se resuelve el caso del todo, de hecho Marlo acaba en la calle.

Quizás hay poca interactividad entre los medios de comunicación, la policía y el mundo de las drogas, por eso no acaba de interesar demasiado, pero creo que el final de la serie ha estado bien. Un poco al estilo de A Dos Metros Bajo Tierra, con una canción entera, en este caso, la cabecera, que nos narra en imágenes cómo acaban los personajes protagonistas, o no, de la serie, después de un episodio de hora y media.

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